Porque de tu trabajo depende la conservación de nuestra vida y la de la naturaleza. Feliz Día a ti niña, mujer y varón que labras la tierra para darnos el alimento de cada día. A ti que desde tempranas horas antes que raye el alba hasta la puesta del sol, sales a tus faenas para dar gracias a Dios por la tierra, casa común de todos, que la riegas con el sudor de tu frente, la sonrisa y la angustia de que si hay sequía o friaje como quedarán tus cultivos o tu ganado.
A ti, que trabajas fuerte, a veces con instrumentos rudimentarios, bregando cada día y con tu ejemplo nos enseñas a cuidar la madre tierra. Porque en ella pones la semilla del amor y de la esperanza, para que vivas una vida mejor con dignidad, utilizando bien el recurso «agua». ¡Feliz Día del Campesino!